El futuro de James Rodríguez es incierto en el Everton, la relación con el entrenador español Rafael Benítez está rota, en plena pretemporada el estratega le manifestó al colombiano, no cuento contigo, conmigo no vas a jugar, con estas palabras se cierra otro ciclo del jugador en el club inglés.
Ahora le tocará buscar donde irse, lo más seguro es que regrese al Madrid, donde su padrino Carlo Ancelotti, lo trate de enganchar al cuadro merengue.
Esta novela de este jugador es de nunca acabar, donde quiera que va siempre sale por la puerta de atrás, un jugador que no se adapta a los planteamientos de los técnicos por donde ha pasado, con todos ha tenido problemas y ha salido con diferencias.
Hay personas que la fama se les sube a la cabeza y no les permite pisar tierra, se creen que son los únicos que hacen las cosas bien y son víctimas de su propia soberbia y de su ego que no les permite pensar ni caer en la cuenta de que todo esto los lleva a tener un mal final.
A estas personas hay que trabajarlos psicológicamente, son seres que no han asimilado los triunfos, las perdidas, o todo lo que en algún tiempo dispusieron y que ahora se les esfuma como agua entre los dedos, ese es el sufrimiento que llevan, que cargan y que cada día les corroe el alma.
Hay personas que no se sobreponen a las pérdidas de personas que otrora los acompañaron y que ahora ya no forman parte de su vida, el estar tan cerca y tan lejos a la vez, hace que se desesperen y que sus vidas se convierten en un completo caos, una vida sin vida, la ansiedad, el estrés, y todas aquellas cosas que hacen que el estado de ánimo decaiga y no sean capaces de recuperarlo.
Los que se encuentran a su lado tienen la obligación de decirle las cosas tal y como son, no se le puede dejar que se siga destruyendo, todas las cosas llegan y pasan y no por no tener lo que se quiere se pueden echar a morir, la vida es hermosa como para estarla tirando por la borda, muchas veces es difícil, pero es lo más maravilloso que el creador nos ha dado y hay que aprovecharla al máximo.