Contra viento y marea, la selección femenina sub 17 en la final del Mundial

La selección femenina sub 17, rompió la historia del fútbol en dos al clasificarse para la final del mundial que se realiza en la India, las dirigidas por Carlos Paniagua se convirtieron en la primera selección del país en estar en la final de un campeonato mundial, este domingo 30 de octubre jugará la final contra España en el estadio DY Patil, a las 9:00 a.m.

Aunque los intocables directivos de la Federación, los todopoderosos Jesurún, González Álzate y toda la cohorte de ineptos, malandrines que se han anclado en sus puestos y no quieren dejar que lleguen mentes sanas, honestas que lleguen al salvar el fútbol, quieran salir con sus ínfulas de honorables a sacar pecho con el logro de estas chicas, nadie les va a creer sus falsas manifestaciones de exaltación a estas.

Otra de las cosas, la selección colombiana de fútbol debe sentir vergüenza porque toda la vida jugando y no han sido capaces de llegar a la final del mundial de tapitas, estos zánganos están en la obligación de salir a pedir perdón al país por todos los fracasos que han logrado, y doblar sus rodillas ante este puñado de guerreras, tienen que aprender de estas muchachas que sienten amor por su patria.

Estas niñas les pintaron la cara a toda esa recua de machistas que conforman la Federación, que pensaron que no iban a llegar lejos, pero para su asombro están dando una gran alegría al país, el pueblo tiene que volcarse a erradicar a estos bellacos de sus cargos.

 Con todo lo que pasa en el fútbol, la señora ministra del Deporte, María Isabel Urrutia, sigue mirando los toros desde la barrera, como simple convidado de piedra, viendo como estos directivos hacen con el fútbol lo que les da la gana, es verdad que son entidades privadas, pero administran un bien público.

Que será que todos los que llegan a ese cargo les tiembla todo y no tienen el carácter para intervenir el futbol y sacar a todos esa camada de corruptos que tienen sumido al deporte de multitudes en ese olor fétido y nauseabundo fruto de sus malas administraciones.