Maradona, feliz viaje, buen viento y buena mar

Diego Armando Maradona, nació el 30 de octubre de 1.960, en Lanús ciudad de la provincia de Buenos Aires, Argentina, comenzó su carrera en la década del 70, jugó en tres equipos de su país, Argentinos Juniors, Boca y Newell’s Old Boys; en España en dos, en Barcelona y Sevilla; en Italia con el Nápoli.

Consiguió diez títulos, con Boca en 1981, Barcelona la Copa del Rey 1983, una Copa de la Liga y una Supercopa de España, Nápoli el Scudetto 1987 y 1990, la Copa Italia en 1987, la Supercopa en 1990, la Copa UEFA 1989 y Supercopa italiana en 1991, con la Selección argentina el Mundial juvenil 1979, y el Mundial de México 1986 y la Copa Artemio Franchi 1993.
Fue cinco veces máximo goleador, Jugó 241 partidos, con Argentina marco 151 goles en Primera División, en el extranjero jugó 250 partidos y convirtió 142 goles.

Partió uno de los mejores jugadores que ha dado la historia del fútbol mundial, una persona como todas las demás con errores y aciertos pero sobre todo con la magia del fútbol en sus pies, un icono del futbol la persona que les devolvió el orgullo a los argentinos en su lucha territorial con Inglaterra por las Malvinas, en es crucial partido donde el pelusa marcó con la mano y su gol irreverente hizo que su pueblo respirara tranquilo con ese hálito de la revancha, del resarcir ese ego argentino que transpira con sus palabras.

Un ser amado, admirado, endiosado y respetado, deja un gran legado, son pocos los jugadores que llevan intrínseco el juego bonito y vistoso, aquellos que engalanan el fútbol que lo hacen ver fácil y que disfrute todo el que lo ve, no se puede hablar de otra cosa que no sea el fútbol, porque a pesar de todos sus dotes era humano, una persona que vivía y mostraba las angustias de sus gentes, que mostraba la rebeldía de su pueblo.
El mundo llora su partida y no queda más que desearte un buen viaje un viento y buena mar.