Pablo Armero se negó a hacer la prueba de alcoholemia por lo cual se le aplicó la Ley 1696 de 2013, con inmovilización de su vehículo en los patios oficiales, el jugador declaró, me molestó que me grabaran, no me accidente, ni arrollé a nadie, no evadí el retén, les dije que fueramos a la estación de policía para no ocasionar trancón en la vía, y el agente me hablaba en forma provocadora.
Por haberse negado a la prueba el jugador le acarrea un sanción de 5 a 10 años de suspensión en su licencia de conducción, 50 horas de acciónes comunitarias, 10 dias de inmovilización del vehículo y 720 salarios mínimos diarios vigentes de multa, se le aplica la máxima sanción.
Muchas personas se creen los dioses y que pueden pasarse la ley por la galleta, pero tampoco se puede negar que muchos agentes de tránsito se enamoran de las conductores y buscan el más mínimo detalle para hacerle un parte, son como perros de presa que salen en busca de todos los que les puedan dar papaya, no con esto se está desconociendo su labor y tratando de defender a las personas que cometen este tipo de delitos que por demás son muy graves ya que estos ponen en peligro la vida de muchas personas.