Millonarios y Bucaramanga quedaron en tablas, en el estadio El Campín, el cuadro dirigido por Gamero no pudo con el equipo canario y el resultado fue un lánguido empate, un equipo plano, desconcentrado, sin orden, indeciso, no se ve la mano del técnico, un cuadro soso insípido y falto de ideas.
Alberto Gamero, ha dirigido once partidos y ha conseguido nueve puntos, y marcha en el puesto 18, solo está por encima de Patriotas y Chicó, que cierran con cinco puntos, los números no respaldan el trabajo de Gamero que ve como el barco se hunde y solo ve impotente sin poder hacer nada.
No es para menos, ya que este no es el técnico que cuadro albiazul necesita, y no es que los jugadores se hayan parado, sino, que no se ve el trabajo del estratega, los directivos creyeron que llevándolo habían cogido el cielo con las manos y miren el fiasco que se llevaron.
Muchos se dejan llevar por simples resultados y destellos que tiene ciertas personas al dirigir una empresa, una cosa es dirigir equipos de medio pelo y otro los que tienen pergaminos, esto pesa y son pocos los que sacan las cosas adelante, cuando una persona no da resultados lo aconsejable es cortar por lo sano, hacerse a un lado y dejar que otros arreglen el desorden que se deja, en el fútbol cuando no se ven los resultado y los números no respaldan al técnico este tiene que irse y no seguir ahondando el problema.