Cádiz derrotó al Barcelona 2-1, con goles de Álvaro Giménez y Álvaro Negredo, por los visitantes Pedro Alcalá anotó en propia puerta, el cuadro catalán sigue de capa caída, marcha en la casilla 14 con 14 puntos, a doce puntos de Atlético de Madrid con 26 que es el líder de la Liga de España, Real Madrid, tiene 20 unidades.
Los resultados no favorecen al holandés, que ve como sus pupilos no asimilan lo que les transmite en las prácticas en el campo de juego, el equipo muestra desgano, apatía por sacar adelante los partidos, esto suena a paro, aquí están casi todos los jugadores que se le pararon a Quique Setién, e hicieron que el Barcelona saliera humillado en la Liga de
Campeones por el Bayern Múnich que les propino tremenda goleada 8-2, como que la historia se va a repetir para sacar a Ronald Koeman de la dirección y poder montar un técnico que les consienta todas sus niñerías.
Estas son las acciones y actuaciones de estos individuos que se dicen llamar profesionales, que si no les gusta que les aprieten las tuercas se reúnen y tratan por todos los medios de sacar la piedra que tienen en el zapato, los directivos tienen que tomar decisiones radicales y comenzar a depurar el equipo de esas malas influencias no importa quien sea, hay que sacarlos para que no sigan corrompiendo el andamiaje del equipo, se les debe agradecer por la labor prestada, hay que peinarlos, darles un piquito y chao, nadie es imprescindible como para estar haciendo lo que le da la gana y acabando con el trabajo de los que quieren hacer las cosas bien.
Aquí no se trata de técnico sino de personas que están encallecidos en sus puestos y no les conviene que vengan a moverlos de la zona de confort, estos bellacos no necesitan más dinero porque tienen suficiente, lo que necesitan es amor por el equipo, hay que sacar a todos estos cara dura y mandarlos a freír espárragos, sino quieren estar en el plantel no se les puede seguir deteniendo hay que dejarlos que tomen rumbo y que les vaya bien que mejores tiempos vendrán para el club, pero tienen que tomar decisiones y de una vez por todas acabar con esta corruptela dentro del equipo.