Por la propagación del coronavirus en el país con 158 casos el presidente Iván Duque, tomó la decisión de decretar la cuarentena por 19 días, el mandatario declaró, por esto, en desarrollo del Estado de Emergencia, aplicaremos un Aislamiento Preventivo Obligatorio para todos los colombianos, desde el próximo martes 24 de marzo a las 23 y 59 horas, hasta el lunes 13 de abril a las 00:00 horas. Esta decisión no suspende ni de ninguna manera altera los simulacros de aislamiento preventivo que se encuentran en curso.
Ahora comienzan el sin fin de preguntas, de que van a vivir los vendedores informales que viven del día a día, no se pueden canalizar los recursos solo a los de familias en acción, o devolverles el IVA a estos, dejando cojo a todo el resto del país, sabiendo que hay muchas personas que están sin hallar para dónde ir, ni que hacer y como no preocuparse si lo que se llevan a la boca lo consiguen con el rebusque.
El gobierno va a dejar con los bolsillos llenos a unos y muertos por el hambre a otros, ya que muchos reciben más de la cuenta aun sin necesitarlo, quitándole la oportunidad de subsidio o ayuda a las personas que de verdad lo necesitan, no se puede de buenas a primeras decretar medidas y obligar a cumplirlas cuando en muchas casas las cucharas están paradas y las ollas boca abajo y los hijos llorando por el hambre, se tiene que realizar un tamizaje y verificar si los recursos de verdad están siendo bien entregados a los que realmente los necesitan y no a los vivos que se aprovechan de las oportunidades para vivir sin ningún problema.
Por otra parte hay muchos empresarios que solo tienen en su mente el signo pesos, los tío rico, y no les importa poner en riesgo a sus empleados y los obligan a trabajar sin ninguna medida preventiva, estos deberían de hacer lo que hizo Arturo Calle, que hoy cierra sus tiendas y su fábrica, pero continuará pagando los salarios de 6.000 empleados directos y 18.000 indirectos, estas cosas son dignas de resaltar, así deberían hacer todos los empresarios y pagar a sus trabajadores que se queden en sus casas para no arriesgar sus vidas, pero esto pedirle peras al olmo.