Las campañas presidenciales entran en la recta final a pocos días de saber quién será el que ocupará el primer cargo del país, este se encuentra dividido, las encuestas muestran un cabeza a cabeza entre los dos contrincantes, Gustavo Petro del Pacto Histórico y Rodolfo Hernández de la Liga de Gobernantes Anticorrupción.
Los escándalos están al orden del día, la guerra sucia en todo su esplendor, no dan su brazo a torcer, escarbando en lo más recóndito de los rincones para sacar a la luz, publica los males del otro, sacándose los cueros al sol, guerra por aquí guerra por allá, los candidatos se han olvidado de mostrar al país su programa de gobierno, se han dedicado a ofenderse y mirar la paja en el ojo ajeno.
El señor Hernández quiere conquistar y ganarse al pueblo con su discurso dicharachero y vulgar, trata de utilizar palabras castizas y ser una persona del común que quiere darse a conocer, pero muchas veces no sabe lo que dice y divaga en sus pensamientos.
Por su parte Petro se encuentra recorrido y buscando adeptos que lo lleven al poder, si en esta no es ya no es nunca, lo inverosímil es que una de sus crías dice que si no gana y gana Rodolfo Hernández se podría producir un estallido social peor que el del pasado.
Oigan lo que dice esta fémina, que si su padre no gana ya está augurando revueltas y manifestaciones, que tal, como se dice como es el desayuno, se sabe cómo va a ser el almuerzo, al parecer si gana este señor la casa de Nariño se puede convertir en una guardia de estos arrogantes, que sin conquistar nada ya están mostrando y sacando las uñas.
Los candidatos deberían de mantener al margen a sus familiares, de estarse entrometiendo en lo que no les importa, callados y quietos, ayudan más, y no están cometiendo tantas burradas por dárselas de intelectuales, muchas veces la gente del común, del pueblo es más cauta a la hora de hablar, de referirse a temas cruciales, no por el hecho de ser hijos o pertenecer a familias acomodadas y reconocidas tienen la razón, o son las grandes panaceas al opinar de ciertos temas.
Da grima ver como ya comienzan a ser parte sus camadas, sus crías, de estar horadando las puertas del poder para llegar a mandar y hacer lo que les da la gana con el simple lema, no sabe quién soy yo, esto en vez de ayudar hacer mirar las cosas desde otra perspectiva.
Ojalá el candidato al menos se pronuncie y quite todo manto de duda por si no llega a ganar que el país no se va a convertir en un polvorín.
Este domingo salen dos contendores a jugarse, el cargo que gane el que mejor haya hecho las cosas y el perdedor que acepte la derrota sin amenazas de ninguna índole.