El país absorto escucha las mentiras que sigue diciendo y jactándose ante la comunidad internacional este presidente, se muestra como el gran salvador con la pandemia según él atendió esta manera eficaz en salud, atención a los más vulnerables y reactivación económica, dando subsidios a los pobres, devolución el IVA, y un sinnúmero de mentiras que enternecen y convención al más despistado oyente.
Se involucra en los asuntos de otro país y sigue teniendo a Venezuela como su caballito de batalla, y cada vez que puede se mete en los asuntos internos de este.
Cualquiera que no sepa de la clase de mandatario que es este cínico presidente se las cree todas, ante el mundo se lava las manos y se declara un ser pulcro lleno de bondad y servicio al pueblo, cuando en realidad tiene a sus gentes sumidas en la más completa pobreza y miseria, las tales ayudas de que habla, todos los billones se lo entrego a sus amigos los banqueros, favoreció a las grandes superficies quebrando las pequeñas empresas, con los subsidios no se ha quien les entregó, y la lista es larga de las cosas que han hecho con los recursos del pueblo.
Ahora que no salga de bonachón, con ínfulas de gran señor cuando en realidad no es más que un ser despreciable, repudiado por el pueblo, siendo el peor presidente de la historia del país, tratando de meter miedo al pueblo con las mentiras que si se elige a una persona diferente de los que las dinastías corruptas dicen, el país va a ser peor que Venezuela, cuando en realidad este ya la tiene peor, un demagogo a carta cabal.
Y habla con propiedad de lo que pasa en el hermano país, cuando aquí, este ha dado órdenes de masacrar, de acabar con todos los que salen a las calles a reclamar sus derechos, que tal esta pinta, tras de ladrón bufón.
El país tiene que entender que no se puede confiar en esta clase de seres que solo buscan llegar al poder para después acabar con ellos, por suerte están surgiendo personas que no les temen a las amenazas de Estado dictador y se oponen a sus caprichos, el pueblo quiere un cambio radical que solo lo pueden hacer las personas honestas que no están permeadas de corrupción.
