El escándalo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, sigue dando sorpresas, la Procuraduría General de la Nación abrió un proceso en contra de funcionarios del gobierno y congresistas que al parecer incurrieron en actos de corrupción y que fueron mencionados por Olmedo López y Sneyder Pinilla.
Entre los implicados se encuentran, al ministro Ricardo Bonilla, al jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia, DNI, Carlos Ramón González, al exministro Luis Fernando Velasco, al embajador Camilo Romero y a los congresistas Julio Elías Chagüi, Liliana Bitar, Karen Manrique, Juan Diego Muñoz, Juan Pablo Gallo, Wadith Manzur, Germán Rozo y Julián Peinado.
La procuraduría en cabeza de Margarita Cabello expresó, El Ministerio Público sostuvo que se analizará la eventual participación de los funcionarios en la estrategia que permitió entregar contratos, con cargo a recursos de esa entidad, a cambio de votos a favor de los distintos proyectos de ley y reformas del Gobierno. El Ministerio Público ya tiene un expediente abierto contra los congresistas Iván Name y Andrés Calle y la exconsejera para las Regiones Sandra Ortiz.
Gustavo Petro declaró, Creo en la inocencia del ministro de Hacienda, porque sé qué le ha tocado pasar a todos los ministros de Hacienda para mantener la estabilidad macroeconómica del país.
La representante Jennifer Pedraza manifestó, Tienen que renunciar. Si el presidente considera que Carlos Ramón González no puede estar en la Dirección Nacional de Inteligencia, en la cabeza de quien puede caber que, entonces, Ricardo Bonilla sí puede estar en el Ministerio de Hacienda, mientras está siendo investigado por presuntos casos de corrupción gravísima.
El ministro Bonilla pretende proponer una reforma tributaria cuando él mismo acaba de ser señalado por la Fiscalía por, presuntamente, haber hecho parte de esta red de corrupción. Desde mi perspectiva, no hay nada que justifique que el presidente Gustavo Petro siga defendiendo y atornillando en su cargo al ministro Ricardo Bonilla.
El ministro Bonilla y todos los funcionarios vinculados a este escándalo deben renunciar. Tienen el derecho a defenderse, pero no deben hacerlo mientras siguen haciendo parte de la cúpula más alta del gobierno.
Básicamente, el presidente está metiendo las manos al fuego por el ministro Ricardo Bonilla. Petro dijo que no iba a defender a nadie en el escándalo, y a los cinco minutos defendió a Bonilla. Creo que él debe ser respetuoso de la justicia y hacer autocrítica.
Un caso de grandes magnitudes, uno de los robos más grandes, y los implicados salen a dar declaraciones sin sonrojarse, sin ningún pudor, por el contrario, sacan pecho y se mofan del país, es de lógica que estos bellacos se burlen de la justicia si saben que por más que los investiguen y les comprueben los hechos no les van a hacer nada, señalan e involucran a unos cuantos chivos expiatorios, sobre los que se hacen recaer culpas ajenas para eximir a los verdaderos culpables, los condena unos tres, cuarto, cinco años y salen, mientras los peces gordos siguen bien campantes realizando contratos corruptos para llenar sus arcas.
Y todo esto ocurre en el gobierno del cambio, del vivir sabroso, claro que cambio, de venir de un gobierno malo y cambiar a uno peor, a uno perverso, lleno de delincuentes, un nido de ratas, de seres que venden hasta su propia madre por conseguir sus propósitos.
Este es el gran cambio que el pueblo se dejó meter el cuento y ahora lo están abrochando con altos impuestos y preparando reformas para acuñarlo contra la pared y metérselos sin vaselina, ojalá el pueblo despierte y mande a freír espárragos a estos falsos mesías, a estos falsos salvadores.
