Siguen las arremetidas de los sabuesos con uniforme contra el pueblo que inerme ve como masacran a sus jóvenes, solo se defienden con palos, piedras y la impotencia de no tener los medios para enfrentarlos como se hace en toda guerra, el dictador sigue tratando de recuperar el terreno perdido, pero ya es demasiado tarde, porque se enfrenta a jóvenes con el alma de acero, estos jóvenes luchan y pelean por un cambio que cree oportunidades para el pueblo en el futuro, estos valientes tienen las pelotas de que no tuvieron las anteriores generaciones para pelar y exigir sus derechos.
Solo una dictadura está convencida que reclamar los derechos es un acto criminal que atenta contra la paz del país, estos gobernantes que tienen a Venezuela y a sus presidentes como su caballito de batalla para crear caos, zozobra y desesperanza en el pueblo se les está acabando su retórica, y están viendo cómo se rompe su castillo de cristal y como caen cada una las cartas de su castillo de naipes, cimentado en mentiras y falsedades.
Muchas son las personas que ayudan y apoyan a los de primera línea, los están dotando de materiales para su protección, les brindan su alimentación, sus medicinas y todo lo necesario para estar listos para el combate, si señores para el combate, ya que este mandatario cometió el craso error de declararle la guerra al pueblo, de ponerlos como objetivo militar e ir por ellos a asesinarlos, como se ve la falta de gobernabilidad, la pusilanimidad de este individuo.
Un mandatario lleno de odio, resentimiento, soberbia y venganza para cobrar todos los sinsabores que estos valientes corsarios le están ocasionando, le están dando una lección que jamás en su vida a olvidar, las futuras generaciones deben sentirse orgullosas de contar con vándalos valientes que están luchando para construirles y dejarles un futuro promisorio donde se respiren igualdad entre todos, eso es lo que no puede digerir Duque y su cohorte que estos muchachos se paren de frente y lo desafíen sin miedo sin temor a nada.
Los abusos, la brutalidad policial es tan aberrante que la semilla que están sembrando es de repudio y odio en el país, ahora la gente se une para enfrentarlos y no dejarlos hacer lo que les da la gana, de eso se trata, cuando estos lleguen por los jóvenes para llevarlos arbitrariamente, sus gentes, sus vecinos, conocidos están en la obligación de defenderlos y repeler a estos uniformados que se los llevan sin rumbo alguno, no se los puede dejar solos en estos momentos cruciales, tienen que despertar y dejar ese verraco miedo, llenarse de valor e ir de frente con todo a rescatarlos, no se olviden que la unión hace la fuerza.